Las nevadas no acaban y la locura en las carreteras tampoco acaba. Una tonelada de nieve genera la misma corriente de agresión, pero la nieve se derrite, quizás, más rápido.
De hecho, algunos tramos de la carretera son extremadamente difíciles de superar sin tracción total. Es sorprendente que también haya gente que viene a ayudar incluso sin preguntar.
Otra situación grave que se presenta sobre todo en invierno son las zonas de aparcamiento. Si en verano había simplemente “propietarios”, en invierno había “propietarios económicos”. Estos últimos no se convirtieron de repente en propietarios de tal o cual plaza de aparcamiento, sino que la limpiaron de nieve.
Cada uno tiene su propia verdad y, quizás, tenga razón a su manera. Pero un enfoque humano del asunto ayudará a evitar una disputa que no lo permitirá. Si una persona tiene inteligencia, entonces el problema se resuelve sin una sola palabra.
Respetar el trabajo de los demás, y el primero sólo debe insinuar o pedir verbalmente que mueva el coche a cualquier otro espacio libre, si estuviera disponible.