Sentimientos tras los resultados: el punto de no retorno

Rangos, estados, calificaciones, puntuaciones, puntos, fechas, kilogramos, centímetros y sumas... Una multitud de métricas que utilizamos para elegir, y aún más a menudo, para evaluar. Las matemáticas secas queman al “Hombre” que llevamos dentro, reduciendo las decisiones a una elección, una evaluación o una posición a favor/en contra, bueno/malo.

No se puede poner precio a los sentimientos. Es imposible pesarlos o medirlos con una cinta métrica, o incluso comprarlos. Porque sinceros, y por tanto reales, provienen exclusivamente del alma, que es más compleja que cualquier IA y programación cuántica. Me pierdo tanto, que a veces me ofendo hasta el dolor de pecho porque el “sentimiento” se convierte en “paleto” cuando observo falta de sinceridad.

En algún momento de la vida llega lo que puede llamarse un “punto de no retorno”. Nunca quieres volver al pasado, nunca quieres aceptar la negatividad como una convención de “pero para” o a favor de algún compromiso. Tus valores sobre ti mismo adquieren un peso totalmente distinto. Y ahora cualquier cosa que te impida situarte con confianza en tu lugar se percibe claramente y debe ser eliminada de tu vida. Y es mejor cubrir esta mancha oscura con pintura fresca y brillante antes de que se convierta en una úlcera negra y corrosiva.

Tu decisión de alejarte, de renunciar, de elegir “no elegir”, de no buscar beneficios, sino de ser valioso para ti mismo, ¡es la única motivación verdadera! Tal vez “lo pensaré mañana” no sea la respuesta. ¡¿Qué tal ahora mismo?!

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