Coleccionar... ¿Recuerda cuando esta afición se consideraba la norma, algo que daba que hablar y podía servir de motivo de envidia? Lo primero que me vino a la mente fueron los gorros de chupa que se jugaban en los recreos del colegio. Juegos enteros de ellos, temas y tipos. Antes que ellos, estaban los insertos de chicle. Y sí, también se jugaba a ellos, colocando un forro boca abajo en el suelo para por qué quitarlo pero con la palma de la mano ligeramente doblada, con la esperanza de que el primero saliera volando y diera una vuelta en el aire, aterrizando boca abajo. ¡Sí! ¡Tú ganas!
Hoy en día, sólo los niños en edad preescolar están remotamente interesados en la idea de coleccionar. ¿En qué se ha transformado la afición del pasado?
Los momentos en que el trabajo ocupa la mayor parte del día, dejando sólo unas pocas horas para la vida cotidiana, nos privan de nuestras aficiones. Los fines de semana nos dan tiempo para cuidarnos, dormir un poco y hacer frente a esas tareas procrastinadoras, quehaceres... y eso si no tienes hijos. Mucho tiempo, ya de por sí escaso, te lo quita el gadget que tienes entre manos. Pero no se trata del tiempo como tal, sino de las aficiones... El cambio de gustos, intereses, tendencias y estados de ánimo se produce cada vez con más frecuencia y rapidez, sin una dirección suave y a veces incluso radicalmente distinta. Mañana tu antiguo "coleccionismo" resulta completamente ajeno o incluso ridículo para los demás.
Pero si miramos un poco más profundamente, hemos dejado de notar, ver y tener algo pequeño (no por el tamaño) que nos causaría calor, placer emocional, un subidón... sólo porque está ahí, sólo porque se ha multiplicado o al menos ha aumentado en cantidad. ¡Hemos perdido el placer mayor del menor! Ahora todo, por desgracia, necesita más y más. Salvo que sólo el cosmos era y sigue siendo infinito, y que lo terrenal tiene un límite. Ojalá supiera con certeza ese estado y esas experiencias cuando te enfrentas cara a cara con "todo", "no más", "el fin". Pero, como suele ocurrir, todo se experimenta.