Sobre la libertad y la elección. Algunas personas se ven tan presionadas por condiciones y acciones forzadas, repetidas día tras día, que se apagan, deprimen y abaten. ¿Es tan buena la libertad después de todo? Cuando eres libre de hacer movimientos contrarios, rechazar ofertas y estar fuera de tus casillas sólo porque te apetece en ese momento.
Cuando el horizonte se estrecha, los contornos de lo que queda por delante se vuelven más claros. Y aquí basta con no perderse el momento de desviarse del camino o, al menos, aminorar el paso. Habiéndote encontrado en un camino que conduce a algún lugar recto, no quieres girar en una dirección desconocida, abandonar la carretera recta y de trazado suave. Motivado por el hecho de que aún no estás preparado. Mañana las anteojeras en tus ojos serán cada vez más tangibles, y en el futuro se convertirán en la norma.
Mirar a tu alrededor y probar todo lo que te rodea es la oportunidad de hoy. ¡Lo haré!