¿Cuéntame quién y qué eres si te consideras especial? ¿Único? ¿Brillante, interesante y que llame la atención de la gente? Bueno, bueno... Sí, sí, eres único e inimitable en tu especie, género o clase... Como un animal de raza pura.
Se puede vivir perfectamente bien con esta autoestima, esta importancia personal y este narcisismo. No hay necesidad de siquiera objetar, y mucho menos discutir, aquí. Nadie intentará convencerte de lo contrario, porque en ese mundo tuyo vivirás solo.
Puedes conocerte por dentro y por fuera, evaluarte, juzgarte y presentarte a la gente. Pero también hay otros conceptos cuyo grado de importancia y corrección recae sobre el medio ambiente. Y aquí no te debe nada. No aceptes tu punto de conocimiento, ni tus opiniones, reglas, normas, comportamiento, ni a ti en general. Nadie nunca te debe nada. Ni oír, ni ver, ni estar ahí... aunque sólo sea porque así lo quisiste.
¡Tienes que ser capaz de transmitir, mostrar y expresar tu valor, si de repente te parece objetivo! ¡probar! Ninguna criatura tiene derecho a exigir. Y si no te escuchan y actúan en contra de ti, entonces ese es tu problema en presentarte, en presentarte a ti mismo, a tu valor. Sólo la sinceridad no cambia de color. Todo lo demás se derrite o se evapora cuando llega a tus manos.