Si hay una razón, entonces esto es una especie de “prueba de fuego”... ¡piénsalo! Él sólo regala flores el 8 de marzo, los cumpleaños y ésta, ni siquiera la tuya, en San Valentín... ¿Necesitas un motivo de amor y atención? Se supone que debería ser así, como todo el mundo... ¡No! Años después, de repente te invita al teatro o al cine... ¡No! Ella mira con ojos evaluativos tu décimo cumpleaños, que será en los últimos seis meses... demasiado pequeño. Y de repente decide ir a la tienda, prefiriéndolo a encontrarse contigo. Ella se cansará de repente… no ya de la carga o de la responsabilidad, sino de la “falta de perspectivas” que ni siquiera veía en él.
Mira, estamos caminando a través de esta estepa infinita y vasta.
Tonya Kuzmich
Me llevas de la mano para que no me quede atrás.
Voy con todas mis fuerzas y tú dices: “Ten paciencia. Ya casi estamos ahí, querida. Ya queda poco."
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Decís: una cena caliente, un fuego y un lugar donde pasar la noche nos esperan más allá de la estepa.
La casa que has estado buscando durante tanto tiempo
Allí está tu refugio, querida mía, tu arca. Aprieta mi mano más fuerte. Ya queda poco.
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Te sigo, nuestros labios están agrietados por los vientos de las estepas.
Ya casi no queda bebida ni comida.
Me das las últimas gotas y me pides: “Bebe, te llevo a casa, la encontraremos juntos”.
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La noche está cayendo, a la luz de la luna es más difícil ver nuestro camino,
La estepa es terrible y despiadada en esta sombra nocturna.
Yo digo: “Regresemos, no podemos aguantar más”.
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Pero de repente sonríes:
¿Ves las luces a lo lejos?
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Hemos llegado,
Querida.
“Hemos llegado.”
Que haya una persona a tu lado que no te dé la espalda, que te dé fuerza para el camino hacia una cena común, un lugar donde dormir, un hogar. Ni la oscuridad, ni las malas sorpresas del destino, ni el viento en la cara, ni el dolor, ni el hambre... no hay posibilidad de darse la vuelta, de darse la vuelta, de irse. Esta persona sólo ve un camino: tú y él están en el mismo camino.