Pensar. Mi cerebro no puede elegir una pausa por sí mismo. Simplemente detente y no hagas cálculos, no analices, no saques conclusiones, no busques caminos, no elijas, no decidas, no te metas en mecánicas, filosofías y significados. Generar las preguntas más difíciles, para las cuales no hay respuestas precisas, porque a la siguiente le seguirá una nueva pregunta.
Decenas de cientos de preguntas que surgen en mi cabeza me animan a buscar respuestas. Respuestas que se convertirán en garantías. Respuestas que no den lugar a nuevas preguntas. Respuestas que eliminan la elección, la duda y la ansiedad.
Nunca había sucedido algo parecido en mi vida. © “Pero me alegro de no haberme alejado”: ¡palabras clave para un hombre de verdad! Cientos de preguntas, miles de respuestas y cada una de las acciones conduce a una única cosa: ¡la realización de un sueño! Sin opciones, compromisos, costes y “bueno, qué más da”. ¡Justo como lo queríamos! La felicidad tiene una fórmula en la que no hay incógnitas.