Principios y errores

Creencias, principios y hábitos de comportamiento. Nacemos, crecemos y nos desarrollamos como individuos en una sociedad, en un entorno que en parte establece “sus propias reglas” para nosotros. En mi opinión, las convicciones y principios más profundos son dignos de respeto si se implementan de manera incondicional y excepcional. Sólo entonces hablaremos de la evaluación y corrección formal de los mismos.

¿Qué tan fuerte es una persona con principios, una persona que inspira respeto y, en cierto sentido, autoridad? Una persona que no ve límites para defender sus creencias. Una persona que es capaz de proteger, defender y tomar lo que es suyo. Y hoy estamos inclinados a cambiar, y además… para ser francos: a no tener una posición clara e inflexible. Tenemos tendencia a permitir errores, imprecisiones y variaciones en la interpretación. ¿No significa eso que simplemente no tenemos una posición?

No, tenemos una posición. Pero junto a esto tenemos un montón de alternativas, una lista de algunas de las cuales aparece tan pronto como surge la complejidad, el conflicto de intereses y la insatisfacción. Renunciar a una posición a favor de elegir la mejor opción (la más fácil) es una falta de convicción. “Al fin y al cabo, no pasará nada si yo…” – este es el argumento que muchas personas suelen utilizar para justificar su inacción y/o elección alternativa.

Hace un año #NoChoiceNotToMake me motivó muchísimo. Y ahora, habiendo regresado al flujo, comienzas a ir con la corriente nuevamente. La vida te presenta oportunidades y opciones, poniendo “banderas” a lo largo del camino, que puedes pasar de largo, como siempre, siguiendo la corriente. O puedes girarte un poco hacia un lado y tocar esta “bandera”, recibiendo tu recompensa, sea cual sea.

Hoy no es la primera vez que me encuentro con una “bandera” así en mi camino. Y vuelvo a #NoChoiceNotToMake.

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