Me parece que los profesionales no pueden ser eruditos, ahogarse en su trabajo con la cabeza. Esas personas, según me parece, proyectan su entorno en lo que hacen ellos mismos, en lo que se sienten cómodos y seguros. A veces uno quiere ser profesional, pero qué poco reivindicados son en sentido general, la mayoría de las veces.
Lo triste es que siempre pierdes. En el caso de un profesional, su radio de acción es demasiado pequeño. En el caso de un generalista, no sabes lo suficiente para optar a mayores recompensas.
Cada vez hay menos opciones de desarrollo, y sólo hay dos opciones: la dimisión y la reducción a cero.
Publicado en Мысли