Algo especial. Estamos rodeados de estos o aquellos acontecimientos, hechos, personas, tecnología, pero destacamos algo especial... para nosotros, en el momento. Para mucha gente, tu "algo especial" puede parecer ordinario, simple e incluso obvio, pero por alguna razón a ti te conmueve ese "algo especial". Lo "especial" no tiene características y no es en absoluto universal. Una palabra concreta, por ejemplo "jueves", es sólo un día de la semana en el entendimiento de los demás, y a ti se te dibuja una sonrisa en la cara, como un reflejo condicionado.
Sobre todo formar algún tipo de actitud hacia una situación, persona u objeto. Hace 15 años que no tira sus zapatillas o sus vaqueros, ve en ellos todavía lo que encontró hace tanto tiempo. Recuerdas aquellas "reglas duras" suyas al empezar una relación, oírlas décadas después le hace sonreír. Y sí... las cosas especiales nos hacen sonreír.
La naturaleza de este especial no está en alguna parte, ni en alguien, ni en algo, sino en ti mismo. Lo especial no puede ser por algún motivo, por alguna razón o por algún tiempo... es algo absolutamente desinteresado y muy franco, siempre honesto contigo, aunque sea ingenuo y en cierto modo infantil.
Ojalá acumules tantas de estas "cosas especiales" en tu vida que te olvides de forma nativa del aburrimiento y la envidia. Lo especial hace que tu vida sea especial, y ocurre cuando de repente tu especial se convierte en compartido. Ésa es la felicidad de compartir y tener un único común. Miraros a los ojos... ¡recordad lo especiales que sois y que los demás nunca entenderán como sólo vosotros lo hacéis! Estás sonriendo. Eres feliz.