Por segunda vez en los últimos quince días, se está produciendo un fenómeno natural asombroso. El verano tan frío de este año no ha dejado indiferente a nadie. Y una tarde observo una estampa cuando el cielo, cubierto de un denso velo, de repente... se ve cortado por una suavidad azul en el horizonte celeste. ¡Ha vuelto el verano!
Murmansk recibió este acontecimiento con alegría. No sólo la gente tenía un cambio de atuendo. ¡Lilas! Toda la ciudad se tiñó de los tonos de esta planta. Aquí y allá se oía que las lilas habían florecido. Otro agradable motivo de buen humor.
Nada hacía presagiar un cambio e incluso la previsión meteorológica era confiadamente superior a +15°C, cuando de repente... se levantó un viento gélido. El cielo se volvió gris en un minuto y la temperatura del aire descendió probablemente 2,5 veces. El pronóstico cambió, prometiendo hasta +8°C por la noche.
Y aquí está todo el jugo y toda la cuestión... ¿He empezado a notarlo, dando un colorido especial a los acontecimientos que pueden suceder más de una vez al año o es tan escaso el caudal emocional y de acontecimientos que mi esencia exige, compensando así el déficit?
El final del día... Nada que ver con la canción "Año Nuevo" de Semyon Slepakov... al contrario. El día que se va se lleva consigo el tiempo que siento que he perdido... perdiendo algo asignado y dando la posibilidad de algo. Es vergonzoso renunciar a minutos para nada. Y sí... Ahora el tiempo vuela colosalmente rápido... Recordando un aforismo que me gustaba: "Ahora es un tiempo tan rápido que se puede hacer todo rápido, incluso esperar".
Aprendí en algún momento a simplemente vivir en lugar de hacer, apresurarme, cumplir, realizar, crear. El intento perfecto de recuperar esta habilidad fue en el emblemático año 2023... de mi vida. E incluso allí, sentado en la playa, sentí remordimientos por no haber hecho nada.
Y no hay una única elección correcta entre "aquí y ahora* y "pensemos qué pasaría si". Si la cuestión de la elección se deja a cada uno, entonces mi elección es aprender a valorar el tiempo y conseguir.... ¡No! ¡Y vivir el presente!