Juntar... No podía formular el pensamiento que nació en mi cabeza, pero la palabra “gotas” estaba firmemente plantada... Personas. Corrientes. Vida.... El ser humano es un océano que no se puede cruzar a nado ni explorar en toda una vida. Este océano, sin embargo, se compone de gotas, que todo el mundo puede entender. Es algo incomprensible y, en el caso de una gota, sin forma, que no puede definirse de ninguna manera.
Se nota una gota en un sitio y otra gota en otro... Es imposible, por desgracia, recoger un océano de gotas. Cada vez más a menudo recogemos gotas en un arroyo, y luego, añadiendo más y más de nuestras propias gotas en un río, en el que ustedes dos tienen que nadar. No todos los ríos están destinados a desembocar en el mar, y mucho menos en el océano.....
Al parecer, es sencillamente imposible añadir las gotas necesarias al río que ya corre... Y mañana no será posible deshacerse de las que estropean el color de la corriente. Pero si es un río, ¿no “afila las piedras”? Y si puede con un obstáculo tan denso, ¿seguro que puede llegar al océano? ¿O no?
La senda y el camino por los que discurre tu río tienen demasiadas colinas y tierras bajas, así como curvas. Por desgracia, uno de estos límites puede convertirse en un punto de partida, cuando el río se dividirá en dos corrientes, sin llegar nunca a su océano.
No existe una única solución, método y consejo correctos para “recoger gotas”, existe la oportunidad de discernir la mejor versión de estas “gotas” en el diminuto caudal que ya existe cerca de ti.