Mañana, al despertarte para ir a trabajar dirás... lo mucho que no quieres volver, lo cansado que estás y lo harto que estás. Y entonces... si vuelves, sólo será la muerte. ¿De dónde sacaban fuerzas los Héroes de la Patria? De nuevo la oficina, los clientes, los informes, los jefes descontentos... y luego... delante del enemigo, que no tiene tiempo que temer. Usted, como yo, se pregunta: "¿Y ahora qué?". Y entonces, hace 75 años, había una respuesta a esta pregunta: ¡la felicidad, la vida!
Un corazón y un cielo en paz
Anton Lavrentiev
En cada uno de nosotros.
Alguien que ha visto la guerra
Que llegue hasta sus últimas rodillas y sus descendientes
Qué despiadada es
Mientras la tierra arde bajo mis pies
Tanques, plazas, aviones
Ventanas cerradas con cinta, campos enrollados en un capullo espinoso
Y después de eso, sólo cenizas y silencio
Deja que te diga lo importante que es,
que sea un tiempo de paz entre nosotros
Sin pases, rangos ni divisiones de personal
Sin cañones de largo alcance ni formaciones regimentales.
Sin carros, los pelotones desaparecen en el horizonte en la batalla.
Una vida largamente esperada, sin duda
Feliz Día de la Gran Victoria para ti y para mí
Deseo que recordemos amar y creer
Escuchar, empatizar, medir.
Mi vida hoy.
El sentido de la humanidad está en él.
Año tras año recordamos menos, olvidamos más y... La Gran Victoria se convierte en historia sobre el papel, que se recuerda menos, en la que se confía menos y de la que se duda más. Los hijos de nuestros hijos y bisnietos probablemente dejarán de comprender y dar una valoración objetiva de aquellos días, ya que no habrá primeras personas de las que sea posible escuchar lo que vivieron entonces... Es imposible comprender ni a mí, ni a ti, ni a otros... cómo fue posible, lo que tuvimos que pasar y lo mucho que ver. Pero... los himnos y marchas de aquella guerra lanzan involuntariamente escalofríos al cuerpo. Piel de gallina en el cuerpo, lágrimas en los ojos... mientras la segunda noche lo llora en Murmansk.
Tarde o temprano sabremos toda la verdad, se levantará el último barniz de secretismo... y un día comprenderemos cómo fue posible derrotar al enemigo. ¡Cielos en paz sobre nuestras cabezas y sólo salud! ¡Gracias a los abuelos y bisabuelos por la Gran Victoria!