Fallar, tropezar cuando no ocurría ... pero ¿por qué, en condiciones de equilibrio universal, esas meteduras de pata se producen a pares? Dos "tiros" en un día ... tal vez por "peluches" de antemano). Mareas y mareas, amaneceres y atardeceres - todas estas olas de acontecimientos y cambios tarde o temprano te hacen desear silencio y paz, cuando no hay prisa, ruido, y los pensamientos salen de tu cabeza - la acmeología del equilibrio mental.
El trabajo físico se sustituye por el intelectual. El descanso activo se sustituye por perezosas tardes de sofá, y las conversaciones incansables por el silencio, contemplando la belleza del crepúsculo que se acerca. El cambio es vital para la plena realización de la vida y para mantener viva la sed de deseo.
Calma y estabilidad, la certeza del mañana empieza a reflejarse en otros aspectos de ti. Dejas de pensar con el mismo ritmo y volumen que antes, cuando el mañana llegaba de repente y no tenía horario. Cuando 24 era un tiempo críticamente corto para cubrir lo que querías, visitar otro lugar o degustar otra ración de una deliciosa ración. Al mismo tiempo, la sucesión de acontecimientos, cambiantes entre sí a una velocidad en la que te olvidabas de la emoción de lo que veías, te quema, vacía tu reserva emocional. Todo es bueno con moderación, se mire como se mire. ¡Y quizá sea el momento de dar la vuelta al mapa!