Atardeceres de otoño

Y aún así, el otoño tiene sus ventajas y Murmansk tiene unas puestas de sol preciosas. Más precisamente, el cielo... es de alguna manera especial. Está muy cerca. Quiero tocarlo Eeeee... ¡¿cómo es?! ? - "apretando" el cielo con nubes.

No es la primera vez que me sorprendo pensando en querer empezar mi segundo cuadro, esta vez para pintar el cielo del atardecer.

A nivel psicosomático, me parece que experimento una falta de soledad y silencio, un deseo de contemplar tanta belleza en silencio, sin pensamientos, razonamientos, análisis, búsqueda de soluciones, etc... ¡sólo mirar! Pero es difícil realizar tal deseo. Siempre hay docenas de pensamientos en tu cabeza peleando por el derecho a ser el principal/importante/primario. Vale... tan pronto como termina la pelea, habiendo ganado, la mente empieza a autoflagelarse: Ilya, no has hecho nada durante 5 minutos y... ni siquiera has ido a ningún lado. Aquí, después de sufrir un fiasco, me doy una aceleración lineal.

Quieres observar, quieres detenerte y disfrutar de tanta belleza... ¿no es así? Hasta la gaviota lo disfruta, pero tú no…

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